8 de noviembre de 2011

Falta de disciplina

Lectura: Samuel 13:21-29

Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia... - Hebreos 12:11

Vivimos en medio del bosque, asi que, tenemos el sol durante muy poco tiempo en el verano. Pero como nos encantan los tomates frescos, decidí intentar cultivarlos en macetas ubicadas en algunos lugares soleados.

 Las planta empezaron a crecer de inmediato y con rapidéz. Yo estaba contentísima... hasta que me dí cuenta de que su veloz crecimiento se debía al esfuerzo por alcanzar la limitada luz solar. Cuando comprendí lo que pasaba, los tallos ya eran demasiado pesados para mantenerse erguidos. Entonces, busqué unas estacas, los levanté cuidadosamente y los sujeté para que quedaran derechos. Aunque traté de ser suave, una de las ramas torcidas se quebró cuando traté de enderezarla.

Esto me recuerda que la disciplina debe comenzar a aplicarse antes de que el carácter ya esté torcido o doblado permanentemente.

El sacerdote Elí tenía dos hijos a los cuales no había disciplinado. Cuando la maldad de ellos llegó a tal extremo que é ya no pudo ignorarla, trató de reprenderlos con delicadeza (1 Samuel 2:24-25), pero era demasiado tarde. Entonces, Dios anunció las nefastas consecuencias: "... le dije que por la maldad de sus hijos he condenado a su familia para siempre; él sabía que estaban blasfemando contra Dios y, sin embargo, no los refrenó" (3:13 NVI).

Cuando nos enderezan, duele; pero si no se corrigen nuestras torceduras, a la larga dolerá más.
___________________________________________________________
El amor de Dios confronta y corrige

0 comentarios: