30 de diciembre de 2009

Que hay para el 2010..

Hola:

Hace un rato que no escribo para la página, ya que generalmente eran fotos o reflexiones. Pero en esta ocasión quiero comentarles algo que me ha estado dando vueltas y creo ya me tardé en decir: Necesito vacaciones.

No del tipo que ya tenemos, sino más bien del grupo de jóvenes. Si bien recuerdo, varios de ustedes me han visto diferente estos ultimos días, ya que me han comentado casi lo mismo, y alguien una vez dijo, que si tienes un problema con una persona (en este caso varias) por un tiempo largo, tal vez el problema lo tenga uno mismo. Considero necesario tomar un tiempo para meditar en que es lo que busco, si realmente lo quiero y necesito, además de poder recalibrar mi relación con Dios. Creo que cada determinado tiempo uno debe tomar tiempo aparte para hablar seriamente con el Señor y ver como va nuestro caminar con Él.

Necesito tiempo y espacio para reconsiderar algunos aspectos y áreas de mi vida, porque hay cosas que veo y siento que no estoy haciendo bien, y si es mi deseo seguir apoyándolos, tengo que estar mejor preparado para hacerlo. Lo ideal para mí sería alejarme un mes completamente de las actividades de la iglesia, pero dados los compromisos que tengo en la alabanza, es lo que puedo hacer de momento. De todos modos me van a estar viendo los Domingos que me toque ir a la iglesia.

Entre las cosas que estaré haciendo en el mes, estará ponerme en contacto con otros líderes de grupos de jóvenes, trabajar algunas ideas pendientes de este año que termina, y seguir actualizando la página. Mientras tanto, tienen el mes de Enero para reunirse como gusten, ya sea en la iglesia, en una casa, para ir al cine... este Domingo ya voy a darles sus llaves del Centro de Jóvenes, y si alguien se quiere hacer cargo del dinero también lo estaré llevando.

Siento que hay más cosas que debería decir, pero lo dejáré así de momento. Cuidense y que Dios los bendiga.

20 de diciembre de 2009

Lágrimas de arrepentimiento

Lectura: Lucas 22:54-62

Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente - Lucas 22:62

Mi esposo, un autotitulado analfabeto en informática, compró una computadora para ayudarlo en su negocio. Después de darle algunas sugerencias, lo dejé solo para que practicara un poco. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de escuchar una voz, con un ligero tono de pánico, desde la oficina: "Oye, ¿dónde está ese... botoncito?"

Por supuesto, lo que mi esposo estaba buscando era la tecla de "deshacer", que nos permite retroceder cuando hemos cometido un error. ¿Alguna vez deseaste tener una tecla así en tu vida? ¿Una opción para anular, reparar o restaurar lo que el pecado ha roto o dañado?

Después del arresto de Jesús, Pedro, uno de Sus amados discípulos, negó tres veces que lo conocía. Luego leemos que, "vuelto el Señor", simplemente "miró a Pedro", quien "saliendo fuera, lloró amargamente" (Lucas 22:61-62). Lo más probable es que esas fueran lágrimas de verguenza y arrepentimiento. Sin duda, habrá deseado poder deshacer sus acciones. Pero no quedó abandonado en la angustia. Después de Su resurrección, Jesús restauró a Pedro y le dio la oportunidad de reafirmar su amor (Juan 21:15-17).

Cuando llores por el pecado en tu vida, recuerda que Dios ha provisto un método de restauración. "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad" (Juan 1:9)
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El camino de regreso a Dios comienza con un corazón quebrantado

13 de diciembre de 2009

Momento de reajuste

Lectura: Levítico 25:1-7

Pero el séptimo día la tierra tendrá descanso - Levítico 25:4

La órbita solar de la tierra dura 365 días y un cuarto. Por eso, cada cuatro años se añade un día al calendario para no retrasarnos en el ciclo natural de las cosas. Cada año bisiesto añádimos ese día y lo colocamos al final de febrero. De este modo, el calendario se reajusta al horario astronómico.

En el calendario del antiguo Israel, Dios estableció un medio extraordinario de rejuste. Así como la humanidad había recibido el mandamiento de descansar cada séptimo día (Éxodo 20:8-10), a la tierra también se le permitía reposar durante el séptimo año (Levítico 25:4). Este año sabático le permitía a la tierra de cultivo reponerse para lograr mayor fertilidad. Además, las deudas quedaban canceladas (Deuteronomio 15:1-11) y se libertaba a los esclavos hebreos (vv. 12-18).

Con nuestros horarios tan llenos de trabajo y la vida tan ajetreada, nosotros también necesitamos un reajuste. Las exigencias del tabajo, la familia  la iglesia pueden demandar una reevaluación. Una manera de hacerlo es observando el principio del séptimo año; asegurarnos de separar tiempo para descansar y, en oración, volver a centrar nuestras prioridades. Jesús, por ejemplo, iba "a un lugar desierto, y allí oraba" (Marcos 1:35).

¿Cuándo podrás hacer un alto en tus actividades y pedirle a Dios que vuelva a reajustar tu calendario espiritual a Su Palabra y voluntad? ¿Será momento para un reajuste?
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Para aprovechar el tiempo al máximo, tómate tiempo para orar

9 de diciembre de 2009

Cuando la vida es demasiado grande

Lectura: 1 Reyes 3:4-14

Jehová Dios mío, tú me has puesto por rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir - 1 Reyes 3:7

De joven, Jimmy Carter fue suboficial en la Marina de los Estados Unidos, y quedó profundamente impactado por el Almirante Hyman Rickover, el cerebro detrás de la flota de submarinos nucleares de ese país.

Al poco tiempo de su asunción como presidente, invitó a Rickover a la Casa Blanca a almorzar. En esa ocasión el almirante le obsequió a Carter una placa que decía: "Oh Dios, tu mar es tan grande y mi barca tan pequeña". Esa oración da una perspectiva útil del tamaño y de la complejidad de la vida, y de nuestra incapacidad para manejarla por nuestra cuenta.

Salomón también sabía que la vida podía ser abrumadora. Cuando sucedió a su padre como rey de Israel, le confesó su debilidad a Dios, diciendo: "Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir" (1 Reyes 3:7). Como resultado de ello, pidió sabiduría para gobernar de una manera que agradara a Dios y ayudara a los demás (v. 9)

¿Sientes que la vida te queda grande? Puede que no haya respuestas fácles para los desafíos que enfrentas, pero Dios promete que, si le pides sabiduría, Él te la concederá (Santiago 1:5). No tienes que enfrentar tú solo los abrumadores desafíos de la vida.
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Reconocer nuestra pequeñez puede hacernos abrazar la grandeza de Dios

8 de diciembre de 2009

Un legado de arrepentimiento

Lectura: Salmo 51

Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado - Salmo 51:17

Todas las naciones tienen héroes, pero puede que Israel haya elaborado una literatura épica acerca de los fracasos del más grande de sus héroes (Salmo 51). Este elocuente salmo muestra a David más por su devoción a Dios que por sus logros políticos.

Paso a paso, el salmo lleva al lector por todas las etapas del arrepentimiento. Describe las constantes repeticiones mentales, la culpa que nos carcome, la verguenza y, finalmente, la esperanza de un nuevo comienzo que surge del verdadero arrepentimiento.

De una manera extraordinaria, el Salmo 51 revela que la verdadera naturaleza del pecado es una relación rota con Dios. David clama: "Contra ti, contra ti solo he pecado" (v. 4). Ve que los sacrificios que el Señor quiere son "el espíritu quebrantado, el corazón contrito y humillado" (v. 17). David cuenta con esos elementos.

En su oración, busca el bien que podría surgir de su tragedia y ve un rayo de luz. Tal vez, al leer esta historia de pecado, otros podrían evitar las mismas dificultades, o al leer su confesión, podrían llegar a tener esperanza de ser perdonados. La oración de David es contestada y se convierte en su gran legado como monarca. El mejor rey de Israel ha caído hasta lo más bajo. Pero ni él, ni nadie, pueden caer más allá del alcance del amor y el perdón de Dios.
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El arrepentimiento es el terreno donde florece el perdón