Lectura: Efesios 4:1-16
Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados. - Efesios 4:1
Una continua lucha que tenemos cuando intentamos seguir a Cristo es tratar de encontrar nuestro llamado en la vida. Si bien a menudo pensamos en términos de ocupación y ubicación, tal vez un asunto más importante sea el del carácter - el ser que provee la sólida base para el hacer: "Señor, quién quieres que yo sea?"
En Efesios 4, Pablo escribió: "Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados" (v.1). Añadió a esto tres condiciones de "ser": con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia "los unos a los otros en amor" (v. 2). Pablo escribió esto desde la cárcel, un lugar difícil donde siguió vivendo su llamado de parte de Dios.
Oswald Chambers dijo: "La consagración no es dedicarse al llamado en una vida para Dios, sino la separación de todos los demás llamados y dedicarnos nosotros mismos a Dios, dejando que Su providencia nos coloque donde Él quiera - en el trabajo, la ley, o la ciencia; en el taller, la política o las labores monótonas. Hemos de estar allí trabajando según las leyes y los principios del Reino de Dios.
Cuando somos personas correctas delante de Dios, podemos hacer cualquier tarea que Él nos manda, dondequiera que Él nos ponga. Al hacerlo, descubrimos y manifestamos públicamente el llamado que hemos recibido de Él.
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Lo más importante no es lo que haces, sino lo que eres
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